―La siguiente es... Bolsa. Venga, dese prisa.
―Oiga, ¿sabe si falta mucho para que me toque a mí?
―Ni idea: esto es como la lotería, que también depende de Esos…
ay los números. Finanzas, pase.
―Pero alguna forma habrá de que se acuerden de mí.
―Por supuesto: cause alguna tragedia y seguro que se fijan en
usted... Corrupto, entre.
―Lo sé, lo sé... pero no soy tan cruel como Hambre o Guerra.
―¿Y qué pretende? Hoy existen tantas formas de morir... siga
intentando colarse en el sueño de un suicida, ahora hay más.
Crisis, venga.
―¿Cree que soy tonto y no lo sé? Lo que pasa es que con tanta luz
nocturna, siempre aparece alguien y me fastidia el plan.
―Pues si sabe tanto, debería saber también lo retorcidos que son
algunos: cuando les interesa prometen esto y lo otro, pero luego ahí
te pudras... Pobreza, adelante.
―No es justo que siempre llamen a los mismos y a mí me ignoren; a
mí, que soy milenario y existo casi en tantos lugares como Esos.
―Pobrecito... ¿Y desde cuándo Esos son justos, sabelotodo? Mire,
con tanta tragedia igual le conviene probar con el amor, como
hicieron sus primos Los Puentes de Madison... ¿Está la
palabra Cambio por aquí? Es urgente.