No es un problema para entrar
que descubras y expulses
las espaldas sin rostro de cabellos largos
al despertar.
(Fotos de Matilde Selva)
Unas vistas del "Racó de l'Estudiant" donde nos alojamos...
(Fotos de Matilde Selva)
(Fotos de Matilde Selva)
Y después de la excursión, el descanso y el recitado a la sombra del pino centenario...
(Picar en la foto para verla en tamaño real)
Reunidos de nuevo en el aperitivo, bajo un techado fresco y natural....
(Foto de Matilde Selva)
Uno de los mejores momentos y que aparte de la poesía, nos reúnen a todos... la comida.
(Foto de Estel Juliá)
Tres poetas y una mano imprevista durante la sesión de poesía al atardecer del sábado...
(Foto de Estel Juliá)
Más tarde, la Performance de Begoña Montes nos deleitó la noche. Los participantes saludando...
(Foto de Estel Juliá)
En la última cena conjunta, devorando hambrientos las pizzas perdidas (se perdió el pizzero por el camino a pesar de que aseguraron que lo conocían)...
(Foto de Matilde Selva)
Y al final, la Torre de Pizza...
(Foto de Estel Juliá)
Una larga conversación nocturna con lecturas de poetas que no pudieron asistir, remató la última noche del Encuentro Poético en Valencia, ya que muchos de sus componentes partían en la mañana del domingo hacia sus hogares. Adiós, Náquera.
(Foto de Estel Juliá)
Es muy difícil resumir en tan breve espacio los momentos tan intensos vividos: la pasión por la poesía, los paisajes, los aromas, las risas, los abrazos, las charlas amistosas bajo la luna llena y el cielo limpio y estrellado de la Sierra, después de varios meses sin vernos muchos de nosotros, así que nada mejor que un poema y un vídeo musical para dar más calor a esta crónica.
Dar volumen al rostro
hundido en la memoria,
abrazar su sonrisa
y sonreír abrazos, nadar
en la marea profunda de sus versos
y rescatar un mundo
entre raíces centenarias y la sombra
verde de sus ramas.
(Enya-Only time)