Llegaron sin avisar, en unas noches de Marzo, cuando los largos meses de letargo habían convertido su vida en una densa bruma, donde apenas se vislumbraban caminos u horizontes más allá del ataúd de su rutina habitual.
No esperaba ya nada diferente y mucho menos, sorpresas. Pero ellos llegaron con casas antiguas y animales imposibles, con puertas gigantescas de madera que encerraban impresionantes secretos, con trenes lúgubres y personajes inesperados y poderosos, cuyo atractivo tenebroso provenía del misterio de sus leyendas y del oscuro nombre que los definía.
Personajes atípicos, desconcertantes, que nunca esperó ni deseó encontrarse en el camino de su racionalidad escéptica.
Y entraron componiendo historias jeroglíficas que la tenían días en vilo, sumida en descifrar sus laberintos. Hasta el mundo de la materia parecía confabulado contra su limitado universo y daba extrañas muestras de ilógica física y mental.
Incluyendo su propia materia, que mutaba lentamente ante la mirada inquisitiva de los ojos conocidos.
Aun hoy, todavía no sabe muy bien si para ayudarla a resolver aquel enigma, o para confundirla, enredándola cada vez más entre los misteriosos hilos de aquella tela de araña que había desbaratado por sorpresa su mundo cotidiano.
Poco a poco, iban apareciendo los caminos, antes invisibles, junto a nuevos horizontes. Los seres conocidos, anteriormente apagados y borrosos, empezaron a brillar con nueva intensidad y aparecieron otros, más luminosos todavía.
Hasta la insípida y difuminada materia era ahora excitante, más vital que nunca, una explosión de vida que la arrastraba, aunque a veces temiera la desintegración de su ser en el éxtasis placentero y doloroso de sus cinco elementos.
Ella se extrañó mucho, como nunca se había sorprendido, porque a pesar de las ayudas o desprecios, de las palabras o silencios de la realidad física, la inexplicable aparición de aquellos seres oníricos, tejiendo historias laberínticas en sus sueños con mensajes oscuros y simbólicos, fue lo único que consiguió abrir su ataúd para que pudiera retornar de las tinieblas.
Y desde entonces, se convirtió en caminante nocturna.
Ella se extrañó mucho, como nunca se había sorprendido, porque a pesar de las ayudas o desprecios, de las palabras o silencios de la realidad física, la inexplicable aparición de aquellos seres oníricos, tejiendo historias laberínticas en sus sueños con mensajes oscuros y simbólicos, fue lo único que consiguió abrir su ataúd para que pudiera retornar de las tinieblas.
Y desde entonces, se convirtió en caminante nocturna.
querida Matilde,
ResponderEliminarde mano de tu relato, me has hecho pasear entre los recovecos del volcán emocional que se nos produce al abrir los párpados y transportarme a las mentes de otros divagando entre sus propios fantasmas como si fueran míos
ahora, esta noche, yo también me he convertido en caminante
un besazo hasta la playa.....Pilar
Querida amiga, te has retratado de un modo sublime, incluso yo, (que intento ser muy racional) he deseado ser caminante nocturno.
ResponderEliminarRecibe un abrazo y las gracias por tus hermosas palabras
Y retornó de las tinieblas caminando a través de ellas
ResponderEliminarencontrando trampas por entre las rectas veredas,
luces que negaban sus puertas a doble cerrojo,
estrellas que titilaban sus desprecio como vil antojo.
Letras, códices, extraños sonidos de dulces sirenas
que navegan entre enigmas colgados de su pelo,
cuartos que transforman la oscuridad en reflejo
de historias que anuncian la luz como algo añejo.
Error confuso tal que ciencia perdida
entre noches continuas sin final
demostrando que la luz enseña el mal.
Camina de noche, sin tregua y descanso
caminante de noche intensa y real,
pues es la luz cuando arriba un oscuro remanso.
Blas
Hola bella, aquí estoy, de nuevo, leyéndote, deseando que te encuentres bien y que pases una feliz tarde de domingo.
ResponderEliminarLeyendo tu relato me has hecho despertar transportando en una caminante, debemos intentar caminar solos sin la ayuda de nadie, aunque a veces, necesitemos un empujón de fuerza de las personas que están a nuestro lado para que no desfallezcamos.
Un beso enorme.
Yo, te traigo una linterna amore, aunque debe tener poca pila porque voy a tropezones...
ResponderEliminarBesos, cariño
Nena, me encantó esta historia (no tan)fantasiosa.
ResponderEliminarMe sumergí en ella.
:)
que relato mas bonitoo,caminate noctura,quiero ser caminate de noche jejejeje jajaja ,guapa pasava por aqui para ver q tal que que vuelto de mis vacaciones un besooooooooooooooooooooooooooooooo
ResponderEliminarMuchas veces los sueños nos tramsportan a pasajes oscuros donde nos ayudan a encontrar la llave a nuestra mente.
ResponderEliminarBesos.
Flipante divagación agena a mi cabeza
ResponderEliminarUn beso enorme
El tránsito a cualquier otra dmensión es más facil en la nocturnidad. La noche es especialmente acojedora con todas las criaturas. Caminar por ella es fascinante y revelador, tal como lo explicas Matilde.
ResponderEliminarUn beso.
P.D. Hablando de transmitir...
me ha gustado mucho :) Me recuerda... que yo era un trozo de pan y sigo siendolo pero soy un autentico luchador tanto fisica como psicologicamente. Y soy capaz de cualquier cosa si se cruzan los cables y es que la vida... nos plantea situaciones dificiles pero hay que fortalecerse.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo siento no poder conectarme tanto pero las amistades... XD
Besos, hasta pronto
Huyyyyyyy, habría jurado que ya te había comentado. ¿tan despistada soy? Pero si lo leí y me encantó.
ResponderEliminarBué!! me riñes cuando quieras :)
Besitos
espiritus el pasado? que invaden el presente.
ResponderEliminarmuy buen relato.
beoss
Es curioso, el mundo está lleno de personajes extraños... todo el mundo, si se le observa de cerca, es todo un personaje!
ResponderEliminarDivierte cocinar... :-)
Los caminos de la noche son las mas intrincados, en la oscuridad, en nuestros pensamientos mas guardados...curioso relato.
ResponderEliminarUn beso guapa!
:))
ResponderEliminarBesos, guapa
Con cada cambio que sufrimos, físico o mental, algunos seres se van y otros vienen. De algunos aprendemos y de otros nos ocultamos. Quizás cada momento de la vida, cada edad, tenga los suyos.
ResponderEliminarPer ahi estarán siempre, vigilantes, aferrándose a las cavidades de la memoria.
Saludos
que relato tan increible, es el despertar para seguir el camino, precioso.
ResponderEliminargracias por pasarte por Refugio, ha sido un placer poder hacerte una visita y ver que tienes un blog super interesante.
espero poder seguir con mis visitas, hasta pronto
Es el poder de las experiencias oníricas.
ResponderEliminarAbrígate en las noches frías
tienes unos escritos preciosos llenos de una sabia melancolía. un besazo
ResponderEliminarvaya!
ResponderEliminarpues me ha gustado mucho.Me pierdo un poco ( como siempre ).Pero reconozco que me gusta dar paseos con esta caminante nocturna.Y leer las frases que su recorrido nos deja.
Los sueños, Matilde, acercando verdades, despertar, la puerta.
ResponderEliminargran historia Caminante, me he he metido en ella sumergiendome en cada renglon.
ResponderEliminarUn beso enorme!!!
hola me he hecho un blog guapa
ResponderEliminarCada día te retratas mejor, nocturna caminante.
ResponderEliminarMe ha encantado el relato y la forma como por fin te encontraste a ti misma...
Quizás ella olvidó en su realidad esa puerta, y de algun modo los personajes de esos sueños quisierón nombrarla reina y señora de ese reino onírico...me llegan de cerca tus palabras, somos muchos caminantes nocturnos, y muchos los que paseamos por lúgubres laberintos de sueños.
ResponderEliminarTe debo un mail.
Muchos besos
Del laberinto del Minotauro a la necesidad de expresarse a uno mismo.
ResponderEliminarLo que alberga en su interior, un día aflora y ya nada lo puede contener...
Yo quiero caminar de tu mano. Porque me parece hermoso, pisar donde tú pisas.
ResponderEliminarun besazo!