Cuando el poeta es hábil trapecista del lenguaje, ofrece, húmeda y tierna, la arcilla interior de sus palabras para que sus lectores la moldeen con sus emociones personales y den nuevas formas al significado poético.
Y aunque esto nada tenga que ver con máscaras y fingimientos, me pregunto si el poeta, con sus saltos y piruetas sin red, en realidad lo que quiere es ocultarnos la auténtica verdad: la forma primigenia de su arcilla, el origen del poema.
He recorrido misteriosos caminos
de leyenda
y su rastro de huellas no estaba en las nubes
ni a ciegas de la noche,
sino en sendas terrestres
donde los rastros
son menos visibles a más profundidad
de huellas.
Quién sabe...
ResponderEliminarSí que dejan huellas
tus pensamientos,
mueven otros pensamientos.
Gracias Ana, por tu apoyo y comprensión.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
asi es Matilde, el poeta maquilla sus sentimientos y atrezza paralelamente a la naturaleza sus pensamientos, siempre he pensado que la poesia es el la palabra no dicha, la escrita en letras, así como un jeroglifico que hay que descifrar para llegar al mensaje... muchas veces un mismo texto se interpreta de diversas maneras por diferentes lectores y no coincide con lo que el autor en principio quiso expresar y es por ello que estoy convencida que cada cual interpreta según su estado de ánimo y su forma de ver la vida....
ResponderEliminarcomo sigues? todo mejor?
tengo ganitas de verte eh?
besitos de chocolate con buñuelos de calabaza jajajaja muakissssssssssss
quien soy?
zoaaaaaaaaaaa