Ya está ajada y aún conserva
su perfume la rosa.
Como sangre reseca sus pétalos
han oscurecido
el rojo brillante de la vida.
La robé de un jardín por saciar
de belleza mis ojos.
Me embriagué con su aroma
y acaricié su cuerpo
con ternura.
Pero ahora está muerta.
Reposará entre las páginas
eternas de algún libro
y cuando un día lejano
la encuentre entre mis manos,
evocaré la frágil
belleza de mi rosa.
Hola Matilde.
ResponderEliminar"El rojo brillante de la vida..."
Todo color se va,
toda belleza se va,
toda alegría se va,
toda fragancia se va.
Evocar,
es lo que nos va quedando...
(No me hagas caso; no soy negativo: todo lo contrario. Es por seguir el hilo de tu bello poema.. y no quiero decir con eso que tú lo seas...)
: D
Abrazo positivo.
Lo cierto Secretario, es que se escriben más poemas cuando estás triste o negativo...que al contrario, aquí preferimos vivir intensamente.
ResponderEliminarY veces la poesía actúa como metarmofoseando esos sentimientos, convirtiéndolos de algo "negativo" en un poema, lo que en sí es bastante positivo, aparte del beneficio de expresarlos y exorcizarlos en la escritura.
Abrazos positivos