La mirada
es un secreto a gritos
para los desahuciados de la vida.
Conocen muy bien,
a golpe de existencia,
los ojos cobardes de las hienas
esperando la zanja del camino
que rebaje tu altura.
Saben de la mirada
visceral de los buitres
desde las vistas verticales de su cima
tan lejos de tu entraña,
e intuyen como nadie
los ojos acechantes de los cuervos
con su pico apuntando
al iris transparente.
(Cronos de Goya)
Hola Matilde.
ResponderEliminarExcelente poema.
Tu descripción de esas humano-alimañas, muy acertada.
Y sí, los deshauciados desarrollan ese instinto de vislumbrar, de desenmascarar esas miradas acechantes de la desgracia ajena.
Una pena que los humanos sigan desarrollando esas cualidades heredadas de la noche de los tiempos.
Abrazo apenado.
Hola Matilde:
ResponderEliminarQué bien has combinado
mensaje con palabra.
Es un poema que llega
muy directo al corazón
y con mueve.
Nada mejor que unas pupilas carcomidas para adivinar la mirada de las alimañas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Matilde, son tantos los picotazos que se han llevado esas miradas, que tienen que aprender del dolor.
ResponderEliminarY es que desgraciadamente, entre esta fauna hay grandes depredadores y grandes carroñeros.
Un abrazo
Y con perdón de los animalitos que menciono...
ResponderEliminarAbrazos