Hoy hace un año que murió mi gato Kin Kon. Me hizo mucha compañía en momentos difíciles y de soledad. Fue para mi algo más que un animal doméstico: un gran amigo, de esos que difícilmente se encuentran hoy. Con él no eran necesarias las palabras. Le dediqué estos dos poemas, verdes, comos sus ojos:
IN MEMORIAM
Aún
espero
verte
en
el
pasillo.
Es
ahora
más
largo
y
más
oscuro.
O
en
la
ventana
desde
lo
alto
del
sofá.
Han
recobrado
los
sillones
su
belleza
impersonal
sin
tus
fundas
amarillas.
O
jugando
panza
arriba
con
mis
manos.
Rascar
tu
barriguita
blanca
y
cálida
y
con
tus
saltos,
jugar
al
escondite.
O durmiendo a mis pies hecho un ovillo.
Ni
la
manta
más
sedosa
era
tan
tibia
como
el
tacto
de
tu
pelo
siempre
suave.
O tumbado señorial en algún mueble,
estático
como
una
estatua
egipcia.
Tu
ausencia
incrustada
en
el
salón
lo
transforma
en
un
nicho
enorme
y
frío.
O velando mis sueños con tus ojos,
expectante
e
inmóvil
a
mi
lado.
EPITAFIO
Te
fuiste
tan
veloz
como
la
luz
sin
previo
aviso
ni
amarga
despedida.
Te
fuiste.
Eran
las
siete
menos
cuarto
de
un
veintinueve
de
diciembre
del
año
dos
mil
seis,
y
en
sólo
dos
segundos
nos
dejaste
el
cierre
de
once
años
de
cariño,
un
vidrioso
vacío
en
tu
mirada,
un
cuerpo
frío
y
flácido
y
el
silencio.
Hola Matilde.
ResponderEliminarSí, a veces un animal hace una compañía que no puede hacer un humano.
Y los gatos, especialmente, parecen intuir estados de ánimo y sensaciones de sus "padres y madres" humanos, de una forma que escapa a nuestra comprensión anquilosada...
¿Ahora no tienes otro animal de compañía?
Hay personas que, cuando muere uno muy querido, no quieren hacerse acompañar por otro. Hay quien, inmediatamente, busca una nueva compañía que intente, a veces con éxito, aminorar los efectos de la pérdida...
Un gran abrazo.
Sí, tiene razón mi primo. De todos modos, cuando se nos va -del modo que sea- alguien querido -un gato también puede ser alguien, quién dijo que no tienen alma- nunca dejamos de esperar que vuelva a aparecer un día por el pasillo. Puede que las quimeras también nos ayuden a mantener la ilusión y la esperanza, a seguir queriendo estar vivos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Matilde:
ResponderEliminarEs grande la ausencia
oscura y fría
pero tus palabras emanan
calor, amor, consuelo
y deja la mamoria
del pacto; El recuerdo
el calor de su presencia
en tu casa.
Qué tengas un estupendo
inicio de año.
No Secretario, de momento no tengo otro animal de compañía.Cuesta cubrir el vacío dejado por el anterior. Y sí, los gatos son especiales.
ResponderEliminarAbrazos de 2008
Rafa, en muchas cosas deberíamos aprender del mundo animal, en especial el respeto a la Naturaleza y a la propia especie...y eso que según algunos, no tienen alma.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias Ana, he entrado al año nuevo con buen pie y ganas. Yo también espero que tú hayas tenido una buena entrada y que siga igual todo el año.
ResponderEliminarAbrazos
Pues sí, es una pena que se nos vayan estos magníficos compañeros peludos. No se olvidan nunca.
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