Elige la nobleza de mi pulso
o la voracidad de mis colmillos.
No me gustan las jaulas.
No me gustan los látigos.
No me hace falta una melena
que salga en las películas.
Yo soy la cazadora y la inocente.
Habito en cada mujer como el latido
que duerme en brazos del amor,
dispuesta a despertar en la barbarie
para besar a quienes ama
y devorar al enemigo.
No me hace falta una melena
que salga en las películas.
Yo soy la cazadora y la inocente.
Habito en cada mujer como el latido
que duerme en brazos del amor,
dispuesta a despertar en la barbarie
para besar a quienes ama
y devorar al enemigo.
precioso
ResponderEliminarun excelente blog, me alegro de haberlo encontrado, tu poesía me fascina, y la música es exquisita... un saludo
ResponderEliminarCómo me alegra volver a leerte, y que sigas aquí entre nosotros.
ResponderEliminarUn beso grande.
No sé como llegue, pero con tu permiso me quedo.
ResponderEliminarEs una bella poesía que habla de la esencia que habita en cada mujer.(sean conscientes o no)
Cariños.....
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAnabel, Montse y Oriana, gracias por vuestra visita y vuestros comentarios. Espero que sigamos en contacto. Un abrazo
ResponderEliminarMaría, este barco sigue a flote; seguimos, a pesar de la distancia y ese tiempo que a veces nos lleva por otros mares o nos hace regresar a un mundo dónde, a pesar de la situación, seguimos encontrando nuestro granito de felicidad con la literatura y el arte, o con la sonrisa y la amistad. Un abrazo.
eres el blog de la semana en el mio (http://anabel1-notasdecampo.blogspot.com.es/)para no olvidarme nunca...un beso
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