Cuando la trofesora
Grafema me mandó escripir un retalo para mejorar mi deficiente escripura, temí
quedarme a medias. Solo me quedaban dos decósitos de tinta: “y aún faltan
cuatro diálabras para que lleguen las provisiones”, anunció el calendapio. Esta
vez, no podría garabatear boletos de histopías como en otras ocasiones.
Además, el retalo tenía
que ser una novedad tantástica y no tenía muchas ideas en concepto; la idealidad
de mi grafía me pateaba demasiado.
Después de lecturarme
todos los libros tantásticos de la Libroteca, cavilé durante una semánabra hasta
que encontré algo divergente a todo lo que ya estaba escripo. Y aún me sobró tinta.
A mi trofesora le gustó
tanto mi retalo, que lo publicó en el Letrario de la Escuélaba para que todo el
alumnibario lo leyépara. Y fue tal mi éxcito, que hasta los del gran periódigno,
Histopías de la Tinta Omniversal, vinieron a hacerme una introvista escripa:
—¿Cómo
se te ocurrieron esos perlonajes con vox y tantos apéndixes, Amulp?
—Cuando
lecturé toda la tantasía, quise infectar algo nuevo, algo que no se hubiera
escripo todavía.
—Muchos
de sus lectopes piensan que está tasado en un caso ideal: ¿es cierto?
—El
único parecido con nuestra idealidad es que los perlonajes de mi retalo también
piensan, aunque de manera priminativa, y el idiota que ablan con su vox es
parecido a nuestra escripura, pero todo lo demás… es dicción. No existen.
—Pero
algunos escrítopes están convertidos de que la creación da visa cuando una
histopía se escribe, y se han aterrorizado con la terrible idea de ser solo trumentos
sin decisión en manos de los perlonajes de tu mundi tantástico o de ser
tronados por sus voxes.
—La, la, la, qué gracia… Que jo sepa, no hay truebas
de que nuestras histopías hayan cobrado visa... puede usted asegurar a mis
lectopes que no aparecerá ninguna mano que los trumente ni voxes que los
truenen: el perlonaje de mi libro, Juan el Humano, y los ablantes del planeta
Tierra, solo existen en mi retalo. No hay nada que emer… nuestro mundi, Librernia,
es el único mundi ideal existente, y nosotros, los colígrafos y las tilográficas,
solo damos visa con nuestra escripura a las pálinas vacías de nuestros libros.
jajajaja ¡Genial", Ligeia.
ResponderEliminarY tu regreso es muy bienvenido. Enhorabuena, Besos.
Interessant distorsió de la realitat.
ResponderEliminarMatilde y sus múltiples mundos y realidades.
ResponderEliminar"Alicia" entrando y saliendo del espejo persiguiendo al conejo blanco. El conejo ya es sólo una excusa.
En realidad lo que desea Matilde es infiltrarse en todos los mundos y dimensiones más allá de los espejos y traernos de allí todas las palabras, visiones, vidas y relatos que desestabilicen nuestras convicciones.
Matilde nos quiere dinamitar la conciencia dormida.
Un abrazo amazona. Maite Meret Neit
Gracias por vuestra participación con vuestros comentarios.
ResponderEliminarEn especial a Maite, por su exquisita y acertada definición de mi relato.
Un besazo.
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ResponderEliminarYa lo he pillado José Ángel, gracias, no lo entendí bien al principio... el corrector gíglico no, un despiste mío.
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