Desordena las letras de
tu nombre
completo y asumido,
hazlo impropio
mezcla
agita
escoge varias
añade imaginación y
algunas horas
amasa
toma nota
repite
hasta que hierva tu
cerebro.
El punto de cocción
termina si puedes
renombrarte.
Si no, no pasa nada:
siempre serán nuestros
los abecedarios
aunque el nombre lo
niegue.
¡Qué bonito! Aunque si no se deja, también podemos renegar del nombre y llamarnos por aquel que nos salga más a menudo después de barajar las letras...El nombre no hace a la persona, la persona se hace un nombre...Besillos guapa
ResponderEliminarJajajaja... tengo unas fichas de letras iguales a las de la imagen...
ResponderEliminarY vamos a trabajar, hoy toca reformas de nombres.... Orilma es nuestra Mariló, y Urkaki seré yo jajajaja...
¡Gran mini poema!
Seltima, buen poema. Hay muchos que no lograrían renombrarse porque son unos desconocidos para si mismos.
ResponderEliminarBesos.
fantástico Seltima!!
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