Rugen
los tigres desde sus jaulas de oro
quieren
más carne más barrotes
de qué sirven las selvas infinitas
sin
el brillo dorado del prestigio
sin
los miles de huesos que levantan sus palios
Rugen
los tigres con sus colmillos de odio
quieren
más dientes más cadenas
por
si sus prisioneros se cansan de gemir
y
les quitan el oro que han robado con sangre
los
bancos y las balas que convierten la Tierra en matadero
la
ley del miedo que hace de la justicia una parodia
Rugen
los tigres contra la carne en puños
que
renuncia a ser lamento de corral menú de ricos
agonizan
con amenazas de holocausto
saben
que sus dominios de oro y sangre
son
como los excrementos de los váteres
apestan
hieren manipulan matan
hasta
que decidimos tirar de la cadena
Rugen los tigres, mas con su rugir no espantan a todas las gacelas. Algunas vuelven y se atreven a tirar de la cadena, que aunque la tubería está atascada, algo se cuela.
ResponderEliminarGrandes verdades narradas entre las magníficas metáforas de este poema. Sólo me salta una duda, con "palios", ¿a qué te refieres exactamente?, ¿a como si los huesos levantasen la capa externa del cuerpo pudiendo los tigres devorar su interior, que sería una especie de premio? o ¿me hallo yo confundido?.
Gran trabajo, sigue dándole a la pluma.
Saludos.
Holaaaaa, muchas gracias por comentar mi blog. Lo dejé un año y ahora está desolado... ahora preferimos comentar en redes sociales.
ResponderEliminarNo había visto tu comentario (blogger últimamente no me avisa), pero "los miles de huesos que levantan sus palios" es un símil de los cadáveres sobre los que edifican sus tronos, o los muertos que cuestan sus tronos o palios (esta también en sentido literal del diccionario)