El fruto deportivo

El vendaval agitó los árboles y la manzana rodó hasta sus pies. Eva intentó alejarla con una rama, pues era la fruta favorita del Brontosaurus y no debían enemistarse con el gigantón, pero Adán la pateó sin descanso hasta que golpeó a la mujer. Eva, enfadada, cogió la manzana y le dio un mordisco. Adán, al ver que ella degustaba con placer su redondo juguete, se la arrebató antes del segundo bocado y le dio un fuerte puntapié. El manzanazo dejó tuerto al Brontosaurus y tuvieron que huir del Edén.
Así nació el fútbol.

2 comentarios:

  1. JA JA JA No creo que doña Ana Rosa se atreva a retorcer el cuento del Edén, ni tampoco a quedar mal con los futboleros...

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  2. ¡Qué bueno, por favor!.

    Me ha encantado la satíra, desde aquel que despreciando o desconociendo el conocimiento, lo emplea para sus más primarias y egoístas pasiones; hasta aquella que aunque más responsable, probó la fruta prohibida y descubrió con ello las egoístas razones del Brontosaurus, así como el sabor de sus codiciados frutos. Me atrevería a decir incluso, que refleja un poco la conflictividad social que puede emanar del fútbol, jaja.

    Saludos. :)

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Caminante, no hay camino, se hace camino al andar, pero es más agradable hacerlo en buena compañía.

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