Cierran
todos los bancos por tu culpa
si
tus labios devoran
mis
células caídas
y
huyen los corruptos y los déspotas
si
tu lengua
ensancha
las grutas de mi dermis.
Mas
no quiero que cierren ni que huyan
los
que robaron tantos besos
con
las estériles cifras de sus páramos.
Quiero
que paguen los milímetros
de
piel arrebatada,
de
saliva sedienta y luz de carne
asesinadas
por sus euros.
Quiero
amor que fundamos
el
verbo en los caminos
donde
las divisiones siempre suman
cuando
multiplicamos los latidos,
donde
la muerte abandona su guadaña
contra
el gorrión y la paloma.
Quiero,
amor, que me mires
cuando
enterremos con gemidos las facturas
en
la humedad de las caricias,
cuando
el orgasmo nos reviente con su beso
las
cuentas y el horario.
El sexo relaja y anima al igual que el humor, pero la resignación... nos está perdiendo y hundiendo en la miseria.
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