Si
consigues nadar como alfabeto
sin
encallar en trabalenguas
y
sabes respirar por cada sílaba
sin
que el acento te apuñale
descubrirás
que
allí la gravedad apenas grava,
la
línea no cabe en ningún sitio
sin
quitarse la recta y echar curvas
y
la contabilidad no
cuenta sino canta.
Allí
los verbos no conjugan con Olimpos,
la
televisión es apagada por el verso,
la
tinta destiñe códigos de barras
y
las poetas plantan libros en sus lápices.
Allí
no afina bien la voz sin pulso
y
los himnos sin piel quedan afónicos;
allí
las bocas doradas de los Ibex
pierden
el brillo seductor de sus caninos,
a
las rapaces las acobardan los gorriones
y
la primera persona del plural está al principio.
Allí,
la matriz cálida y curva de la música
es
el latido que derrota a la barbarie. Allí, la Poesía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar, pero es más agradable hacerlo en buena compañía.