Si
he poblado de noches mis certezas
para matar el mundo
–insana
lucidez que me perturba
con el programa dominante–
de
los inaccesibles tan diarios
devoradores de esperanzas y
memorias,
sé qué quiero.
Si no soy luz porque no muero en
la sombra
ni gano odios o sonrisas suficientes
para el
cadalso y la medalla,
soy el grano de arena o esa gota
que
siempre colma el cántaro y la duna,
la maldita y minúscula
sentencia
contra todo pronóstico de esclavo,
y sé que
puedo.
Tu blog sigue siendo excelente y su contenido me encanta... gracias
ResponderEliminar¡Gracias!
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